El boro es un micronutriente importante que es esencial para el crecimiento y la salud de muchos organismos marinos, incluidos los corales. Sin embargo, demasiado o muy poco boro puede tener efectos adversos sobre la salud y la coloración de los corales.
Boro y salud de los corales
El boro es un elemento relativamente raro en la corteza terrestre y, con su número atómico 5, es uno de los más ligeros. Algunos de sus compuestos, como el pentaborano (9), son algunos de los compuestos más inestables y tóxicos que se conocen. No obstante, los corales utilizan muchos compuestos de boro para facilitar el crecimiento de sus esqueletos de carbonato de calcio. El boro también es importante para la regulación del pH del agua de mar, lo que afecta la capacidad de los corales para construir y mantener sus esqueletos. Además, el boro participa en varios procesos metabólicos, incluida la fotosíntesis y la respiración.
Cuando los niveles de boro son demasiado bajos, es posible que los corales no puedan construir y mantener sus esqueletos, lo que puede provocar deformidades esqueléticas y tasas de crecimiento reducidas. Además, los niveles bajos de boro pueden provocar una reducción de la fotosíntesis y la tasa de respiración, lo que puede afectar negativamente a la salud general de los corales.
Por otro lado, los niveles elevados de Boro también pueden ser perjudiciales para los corales.
El exceso de boro puede provocar una disminución de las tasas de calcificación y hacer que los esqueletos de coral se vuelvan más quebradizos y propensos a romperse. Esto se debe en gran medida a su interferencia con la absorción de calcio y magnesio, dos de los tres cimientos del arrecife.
Colores Boro y Coral
En términos de coloración, el boro puede tener efectos tanto positivos como negativos sobre los pigmentos del coral. Los estudios han demostrado que los niveles bajos de boro pueden provocar el blanqueamiento de los corales, es decir, un color pálido y reducido en los corales. Sin embargo, los niveles excesivos de boro también pueden provocar una reducción de la pigmentación, así como cambios en el tipo de pigmentos producidos por los corales. Esto puede provocar un cambio en el color de los corales, arruinando especialmente el color de las variedades de coral más raras.